Las mujeres en la ecología
Celebramos a las mujeres ecologistas
Introducción a la serie Mujeres en la ecología
Introducción a la serie Mujeres en la ecología
Las mujeres que se dedican a la ecología, ya sean científicas, investigadoras o académicas (o su combinación), se enfrentan a menudo a desafíos que van desde obtener fondos hasta ascender en la escala académica y obtener oportunidades en puestos de liderazgo. Las mujeres que se encuentran al principio de su carrera suelen ser las que se enfrentan a mayores obstáculos, ya que ascender requiere experiencia, contactos, estudios adicionales y recursos económicos para subsistir hasta que hayan avanzado más en la profesión.
“Ha habido un gran número de mujeres en el campo de la ecología, la conservación y la biología en la universidad, pero a medida que se profundiza en las escuelas de posgrado y en los programas de doctorado, las cifras se reducen”, observa Teresa Dorado, coordinadora del Programa de Ecología de Agro-Paisaje Aplicada del Farm Hub, quien da crédito al Programa Doris Duke de Becas para la Conservación por ayudarle a impulsar su carrera. Además, “lo beneficioso para mí fue contar con mentores y un sistema de apoyo al que acudir si tenía una experiencia nueva”, afirma.
Aquí en el Farm Hub, el Programa de Ecología de Agro-Paisaje Aplicada está integrado por dos mujeres: Anne Bloomfield, ecóloga apasionada por la conservación de las aves, y Dorado. El programa es parte de la Colaborativa de Investigación de Ecología de Agro-Paisaje Aplicada (AFERC por sus siglas en inglés), una red de investigadores cuyos descubrimientos en las áreas de suelo, insectos, agua, aves y plantas, aportan información a la comunidad agrícola de la región y más allá. En la red AFERC, muchos de los científicos e investigadores son mujeres. Participan en un amplio abanico de iniciativas, desde el seguimiento de los patrones de anidamiento de las aves en las tierras de cultivo y la búsqueda de plagas en los vegetales hasta el rastreo de tortugas en los campos de los ranchos para conocer sus patrones de anidamiento.
Por desgracia, las historias de las mujeres en el campo de la ecología -sus contribuciones, biografías y trayectorias- siguen sin contarse o se cuentan muy poco. A menudo, sus historias son extraordinarias. Entre las ecólogas del Farm Hub, algunas son las primeras de su familia en obtener títulos superiores, las primeras en hacer de la conservación su medio de vida o las primeras en publicar sus investigaciones en revistas académicas.
Aunque los retos persisten, también lo hacen las oportunidades para las mujeres en este campo. Un cambio de paradigma en el que haya más mujeres trabajando en ecología y en puestos de toma de decisiones podría llevar generaciones, pero es posible. Ese cambio es fundamental y requerirá un esfuerzo comunitario.
La difusión, socialización y concientización pueden conducir a un mayor número de mujeres en puestos de liderazgo y toma de decisiones. Algunas organizaciones del sector pretenden crear una comunidad de mujeres en este campo a través de grupos de trabajo como Women of Wildlife (WOW), una red nacional de mujeres (muchas de ellas dedicadas a la ecología de la conservación) que nació de The Wildlife Society.
Desde 2013, Jennifer Merems, editora científica de la Universidad de Wisconsin-Madison, es miembro activo de WOW. En la década transcurrida desde que se unió a WOW (cuando era estudiante de doctorado en ecología de la fauna silvestre en la Universidad de Wisconsin-Madison), Merems no solo ha visto el apoyo al crecimiento profesional de las mujeres en este campo, sino también “la llegada de muchas más mujeres. Nos sentimos más cómodas entrando en este espacio”.
En los últimos años Merems se ha centrado en elevar a las mujeres en la ecología a través de la educación y el intercambio de información a través de un boletín de noticias y la conferencia anual donde se comparten temas de actualidad a través de debates y paneles. En 2024, el capítulo de The Wildlife Society de Wisconsin lanzó el primer Premio a la Diversidad, Equidad e Inclusión.
“Es difícil gestionar la vida silvestre cuando hay una sola voz que la gestiona. Nos falta una pieza importante si no incluimos a esas personas y esas voces”, afirma Merems.
Por último, está la narración de historias, en concreto la documentación y recopilación de historias de mujeres en la ecología. Con ello no sólo celebramos sus contribuciones, sino que inspiramos a la próxima generación a considerar las oportunidades que ofrece una profesión impulsada por el cambio climático y la creciente concienciación en torno a la conservación del medio ambiente.
Al final, las ecologistas afirman que para mover la aguja es necesario que la próxima generación se mantenga fiel a su pasión y permanezca conectada.
También es necesario que la generación actual que ocupa puestos de liderazgo esté dispuesta a orientar y apoyar esta labor, añade Dorado.
Una comunidad de apoyo que incluya a personas de muchas identidades y no sólo a mujeres también es importante para el cambio. “Las mujeres no deben cargar con todo el peso, ni tampoco la próxima generación”, afirma Bloomfield.
“Las mujeres jóvenes deben cuidarse unas a otras y no olvidar nunca que las oportunidades que tanto nos ha costado conseguir nos pueden ser arrebatadas si no estamos alerta”. Las ecólogas pioneras hicieron posible que las mujeres de hoy disfruten de todas las ventajas de ser científicas. No debemos olvidar a esas heroínas ni dar por sentado su trabajo», afirma Carmen Greenwood, bióloga de la conservación y ecologista de insectos y profesora en SUNY Cobleskill.
A través de las historias a continuación, les invitamos a celebrar a estas mujeres de la ecología: sus contribuciones e historias y todos los retos y oportunidades que conforman sus trayectorias individuales.
Amy Wu, Gerente de Comunicaciones
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