Shannon Ryan
Conectar las plantas y el suelo: Una joven investigadora quiere ayudar a les pequeñes agricultores


Shannon Ryan
Asistente de investigación de Gabriel Perron en Bard College y asistente de investigación de Peter Groffman en el Instituto Cary.
Shannon Ryan siempre se ha sentido vinculada a la naturaleza. Creció en una familia de Middletown (Nueva York) que disfrutaba de las actividades de la naturaleza. "Mi padre nos llevaba al bosque a buscar serpientes, ranas y todo tipo de cosas", recuerda. La familia también hacía frecuentes excursiones en barco.
En la secundaria se apasionó por la escritura y participó en clubes políticos. "Quería ser política. Quería presentar y escribir, y se me daba bien el inglés, pero en realidad se me daban bien las ciencias... se me daban fácilmente", dice, señalando que las clases de ciencias eran sus favoritas.
Ver a grandes personas hacer lo que te gusta es una buena manera de empezar a aprender a hacerlo tú misme.
- Amy Poehler



Arriba a la derecha, examinando el proceso de extracción de ADN de muestras de suelo. En el entorno estéril del Laboratorio de Biología de Bard, Ryan utiliza diversas soluciones y filtros para descomponer y filtrar las partículas del suelo con el fin de aislar el ADN presente en la muestra. Abajo a la derecha, toma de muestras de suelo en Sky High Farm de Pine Plains, Nueva York. Se trata de uno de los muchos lugares de un estudio para conocer mejor el microbioma de los distintos suelos del rancho. El proceso de recolección de muestras es sencillo: sólo se necesita una cuchara, un tubo estéril y una nevera para conservar las comunidades microbianas del suelo.
Fue la primera de su familia en ir a la universidad (su padre era maquinista y su madre camarera) y obtuvo una beca para estudiar en Bard College. En su segundo año se dio cuenta de que echaba de menos las clases de ciencias, así que se matriculó en microbiología. Fue entonces cuando conoció a Gabriel Perron, profesor asociado de biología, y a Elias Dueker, profesor asociado de estudios medioambientales y urbanos, a quienes atribuye el mérito de haberla inspirado a explorar las posibilidades de investigar los microbios del suelo.
Ryan continúa: "Las clases con Gabriel me ayudaron a comprender que me interesaban mucho las plantas y la agricultura. Y cuando empecé a aprender sobre los microbios del suelo, me di cuenta de que el crecimiento de las plantas y la agricultura dependen de los microbios." Como becaria de laboratorio bajo Perron, su interés por las conexiones entre las plantas y el suelo se profundizó.
"Me interesa mucho cómo las plantas y los microbios del suelo interactúan o reaccionan entre sí o se comunican (a veces) de forma extraña. Las plantas han evolucionado para leer las señales de los microbios que están destinadas a otros microbios, pero las plantas las interceptan, las entienden y reaccionan ante ellas, lo cual es interesante", explica.
Uno de sus primeros trabajos tras graduarse de Bard fue en el rancho de flores Tiny Hearts, en el Valle del Hudson, como encargada de la cosecha. Cuando no estaba cosechando flores, trabajaba en un proyecto de remediación del suelo diseñado por ella misma en el rancho, utilizando sistemas de vermicompostaje para reciclar y eliminar los patógenos del suelo.
"Trabajar en el rancho y ver lo importante que puede ser la ciencia del suelo para les agricultores me animó a empezar a trabajar en investigación".
"El echar de menos la ciencia" también la llevó a llamar a Perron y a Peter Groffman, ecólogo del suelo en el Instituto Cary, para hablar de oportunidades. Fue el momento perfecto, ya que ambos científicos acababan de recibir financiación y pudieron contratarla como ayudante de investigación en sus respectivas organizaciones.
Gracias a su trabajo con Perron -miembro de la la Colaborativa de Investigación de Ecología de Agro-Paisaje Aplicada (AFERC por sus siglas en inglés, enlace en ingles)- se ha centrado en la genómica medioambiental y ha participado en varios proyectos en el Farm Hub. Entre ellos, el de la toma de muestras del suelo y el examen de los resultados microbianos para el proyecto sobre Prueba de pradera nativa project.
"Ha sido increíble contar con un equipo de científicos que proceden de distintos ámbitos y se concentran en cosas diferentes", afirma.
Abajo a la derecha, en otoño de 2020 Ryan toma muestras del suelo en Bard Farm para su proyecto de fin de carrera, en el que estudió los efectos de la molécula de comunicación bacteriana C6-HSL en el crecimiento y la resistencia patógena de la arúgula. Arriba a la derecha, realizando trabajo de campo para una evaluación de los “palos cebo” microbianos, tiras de plástico cargadas de nutrientes utilizadas para medir la actividad microbiana en los suelos. Fotos seleccionadas cedidas por Shannon Ryan.
En un futuro, espera diseñar sus propios experimentos de investigación. Para ello, Ryan sabe que un título más avanzado le permitirá obtener más fondos para la investigación. En agosto comienza su doctorado en Penn State, con especialización en ecología. La decisión se inspiró, en parte, en el tiempo que pasó trabajando con agricultores del Valle del Hudson.
"Creo que cuando se trata de cuestiones prácticas que quizás tengan les agricultores, se trata más de interacciones entre cosas, entre microbios y plantas, o plantas y bichos, y se trata de entender el ecosistema en su conjunto", dice. "Quiero entenderlo mejor para poder ser lo más útil posible a les agricultores".
Como creció en el Valle del Hudson, espera volver a la zona para trabajar como investigadora científica con el objetivo de ayudar a les agricultores.
"Creo que el Valle del Hudson es un lugar único para estudiar la agricultura porque hay muchos ranchos pequeños en los que se puede trabajar directamente con les agricultores, y los ranchos de aquí están muchas veces rodeados de naturaleza. Aquí podemos estudiar las interacciones entre la naturaleza y la agricultura, y eso me interesa mucho", afirma.
Q & A with Shannon
Lea la entrevista completa con Ryan. La entrevista ha sido editada por motivos de longitud y claridad.
En el Farm Hub, el laboratorio Perron (dirigido por Gabriel Perron, profesor de Bard College) en Bard College tiene varios proyectos en curso que investigan la relación entre las prácticas de gestión agrícola y la diversidad microbiana del suelo y la resistencia a los antibióticos. Actualmente estamos finalizando nuestro trabajo en colaboración con Claudia Knab-Vispo y Conrad Vispo para el Prueba de pradera nativa (enlace en inglés) en el Farm Hub. Nuestro laboratorio ha recogido muestras de suelo de las parcelas experimentales durante los últimos cuatro años, y actualmente estamos trabajando en un análisis metagenómico acumulativo para evaluar el efecto que diferentes mezclas de semillas perennes nativas tienen sobre el microbioma del suelo.
Trabajo como ayudante de investigación en el laboratorio Perron y en el laboratorio Groffman del Instituto Cary de Estudios de Ecosistemas y estudio la microbiología del suelo en sistemas agrícolas y bosques. Gran parte de mi trabajo en el laboratorio Perron se centra en cómo las prácticas agrícolas afectan al microbioma del suelo, mientras que mi trabajo en el laboratorio Groffman se centra más en cómo los cambios en los patrones meteorológicos causados por el cambio climático afectan los procesos microbianos y el intercambio de gases entre el suelo y el aire.
Quería estudiar Ciencias Políticas porque me interesaban la política climática y la justicia medioambiental, pero al final me sentí más atraída por el lado científico. Debido a mi interés por la justicia medioambiental, mis estudios giraron principalmente en torno a la contaminación del agua, el aire y el suelo, lo que a su vez me llevó a estudiar las bacterias y los hongos. A través del estudio de los microbios, espero llevar la ciencia relevante y de calidad a las comunidades que pueden utilizarla para mejorar su forma de vida y de trabajo. En mi trabajo después de graduarme de Bard he encontrado que muches agricultores locales están interesades en obtener una mejor comprensión del microbioma de su suelo y cómo pueden mejorar su suelo para mejorar su cosecha. Espero seguir investigando cuestiones de interés para la comunidad.
Me interesé por la agricultura y las ciencias del suelo mientras estudiaba en Bard y empecé a trabajar en Tiny Hearts Farm (un rancho de flores en el Valle del Hudson) después de graduarme. Jenny, la agricultora para la que trabajaba, estaba interesada en la ciencia del suelo e incluso me dejó poner en marcha mi propio proyecto de recuperación del suelo en el rancho, utilizando sistemas de vermicompostaje para reciclar y eliminar los patógenos del suelo. Trabajar en el rancho y ver lo importante que puede ser la ciencia del suelo para les agricultores me animó a empezar a trabajar en investigación. Había trabajado en proyectos del Farm Hub con Gabriel (Perron) en la universidad, así que me resultó fácil volver a ese papel.
Lo que más me entusiasma de mi trabajo es la oportunidad de conectarme directamente con les agricultores y la comunidad. El Farm Hub genera un gran espacio de conversación abierta entre agricultores, investigadores y la comunidad para garantizar que la ciencia que se hace sea relevante y se le transmita a la gente a la que más afecta. Creo que este flujo abierto de ideas entre profesiones es lo más importante para mí.
Sé que les agricultores están interesades en el microbioma del suelo, y sé que el análisis del suelo puede ser muy caro y llevar mucho tiempo, y como agricultor puede que no se tenga tiempo para estar investigando el suelo. Me encantaría colaborar en el diseño de proyectos con les agricultores para abordar sus inquietudes y hacerles partícipes de proyectos que establezcan un puente entre la ciencia y la agricultura.
Creo que crear un espacio acogedor para científicos que a menudo quedan fuera de la conversación, como las mujeres y las minorías, incluiría crear formas innovadoras de compartir recursos, crear espacios para una conversación abierta y cordial, y alzar intencionadamente la voz y desplazar el centro de atención de aquellos que ya lo reciben a menudo. En mi propia experiencia como mujer queer en la ciencia, conocer a otras como yo ha sido realmente reconfortante y alentador. Creo que acercarse a otras personas es importante, aunque sólo sea para mantener una conversación informal. Puede ayudar mucho a que el campo resulte menos intimidante. Asistir a conferencias y charlas, intentar conocer a otras personas interesadas en tu campo. La gente suele estar más dispuesta a compartir recursos y consejos de lo que uno cree.
Mi consejo sería que se pusieran en contacto con gente que estudie lo que les interesa. Creo que he conseguido la mayoría de mis oportunidades simplemente contándole a la gente cuáles son mis objetivos. Así, cuando la gente se entera de una oportunidad que coincide con mis objetivos, me la comunican.