Teresa Dorado
El amor por la conservación da paso a una carrera en la agricultura



Teresa Dorado
Coordinadora del Programa de Ecología de Agro-Paisaje Aplicada - Hudson Valley Farm Hub
Teresa Dorado descubrió su camino profesional como estudiante de Ciencias Ambientales en la Universidad Loyola de Chicago. Un momento clave fue cuando, en su segundo año, fue aceptada en el Programa Doris Duke Conservation Scholars. Dirigido a estudiantes de grupos subrepresentados con interés en una carrera en conservación, el programa ofrece oportunidades para trabajar en investigación y realizar pasantías. Dorado trabajó en un proyecto de investigación con una estudiante de doctorado y más tarde hizo prácticas en el Jardín Botánico Matthaei y el Arboreto Nichols, donde desarrolló herramientas de socialización y difusión, incluida la digitalización del Jardín de los Grandes Lagos del jardín botánico.
Todo el mundo avanza cuando reconocemos lo resilientes y asombrosas que son las mujeres que nos rodean.
- Rupi Kaur



Arriba, de izquierda a derecha, buscando plagas comunes del elote, sonriente tras completar un trabajo de campo para un curso de Ecología Forestal en la Universidad de Michigan, y compartiendo más sobre el Programa de Ecología de Agro-Paisaje Aplicada con las personas que visitan el rancho.
Dorado afirma que el programa fue "impactante" en su trayectoria profesional. " El programa era para estudiantes que empezaban su carrera y querían entrar en el campo de la ecología de la conservación. Me proporcionó experiencia de investigación, experiencia laboral y mucho desarrollo profesional y exposición a diferentes trabajos y carreras en los distintos campos de la ecología, la política pública y la gestión del territorio. La experiencia fue muy útil", asegura. Sobre todo, encontró su tribu: una comunidad de jóvenes con un vínculo común de interés por la naturaleza, la conservación y la sostenibilidad. La experiencia positiva la impulsó a seguir estudiando en la Universidad de Michigan, donde se licenció en Ciencias y Gestión de Ecosistemas. Se dio cuenta de que había encontrado su vocación.
El padre y la madre de Dorado nacieron y se criaron en México. Su padre tuvo varios trabajos, como mecánico, obrero de fábrica y trabajador del campo en California. Dorado y sus hermanos crecieron en Wisconsin, donde la familia pasaba mucho tiempo al aire libre.
"Mi padre y mi madre eran personas a las que les gustaba estar al aire libre y nunca nos impidieron jugar fuera todo el día en verano. Casi todos los años había un huerto en la casa en la que crecí", recuerda. Sus padres mantuvieron la lengua y la cultura hablando español en casa. De niña le encantaba el arte y en algún momento soñó con ser artista.
Fue creciendo y era consciente de lo que Dorado llama los "trabajos clásicos que todo el mundo conoce: médicos, profesores y abogados". Se planteó brevemente ser profesora y trabajó en un programa extracurricular cuando estaba en el bachillerato (high school). Desde entonces ha desempeñado distintas funciones como educadora de actividades al aire libre y profesora sustituta.
Abajo, de izquierda a derecha: Después del trabajo de campo en el invierno; Se liberan avispas parásitas como biocontrol en un bosque de Michigan; Se preparan materiales para recoger biomasa subterránea en una parcela de investigación; Se asiste al agricultor Will Yandik en su trabajo de campo sobre aves invernantes en cultivos de cobertura. Fotos facilitadas por Teresa Dorado.
Dorado se ha propuesto incorporar la educación en su trabajo de ciencias medioambientales. Como coordinadora del Programa de Ecología de Agro-Paisaje Aplicada, ha gestionado eventos públicos como el Paseo de las aves de pastizal y codirige el Día de Campo de Ecología de Agro-Paisaje Aplicada (enlace en inglés), un evento anual abierto a la comunidad que muestra el trabajo de la Colaborativa de Investigación de Ecología de Agro-Paisaje Aplicada (AFERC por sus siglas en inglés, enlace en ingles).
Teresa es bilingüe en inglés y español, por lo que ayudó a planificar el Taller público de exploración del tomate, que se realizó en español y fue facilitado por el Programa de Control Integrado de Plagas del Estado de Nueva York y, más recientemente, el Paseo ecológico en españo.
Dorado mantiene una relación estrecha con su antigua compañera y exalumna de Doris Duke. "Creo que [el programa] fue muy útil y creó una red de apoyo de amistades y colegas en el campo", afirma.
Fuera de su trabajo en el Farm Hub, le gusta la jardinería, sobre todo los tomates y los pimientos dulces, y en el Farm Hub es una ferviente participante en el huerto comunitario del personal. El arte sigue siendo una pasión personal. Le gusta pintar y aprender nuevas técnicas artísticas.
Q & A with Teresa
Lea la entrevista completa con Dorado.
Como coordinadora del Programa de Ecología de Agro-Paisaje Aplicada, mi trabajo se articula en torno a cuatro áreas principales. Apoyo a la Colaborativa de Investigación de Ecología de Agro-Paisaje Aplicada (AFERC por sus siglas en inglés, enlace en ingles), monitoreo a largo plazo de la fauna y las plagas, gestión del hábitat y socialización y difusión pública. Durante la temporada de campo, paso gran parte de mi tiempo en los campos de vegetales manteniendo las trampas de maíz dulce y monitorizando las plagas en los cultivos.
Me entusiasma poner en marcha un nuevo proyecto piloto esta temporada para estudiar más de cerca la biodiversidad en los campos de vegetales. También me gusta organizar eventos públicos, como el paseo por las praderas el mes pasado de junio, y crear recursos educativos en inglés y español para el personal y el público.
El monitoreo de la plaga del maíz dulce (enlace en inglés) es un ejemplo de cómo el Programa de Ecología de Agro-Paisaje Aplicada apoya la producción. Estas trampas se revisan cada semana y la información se comparte con el equipo de producción del Farm Hub y la Red de Trampas de Feromonas para Maíz Dulce (enlace en inglés). Otro ejemplo es el monitoreo de las colisiones de aves en el edificio de nuestro taller mecánico. Todas las mañanas recorro el taller para documentar si hay algún indicio de colisión de aves en las ventanas. En la primavera de 2022 se instalaron Acopian BirdSavers, cuerdas de paracaídas colgadas verticalmente a lo largo de las ventanas, en un lado del edificio. En la primavera de 2023, todas las ventanas del taller/shop contaban con salvapájaros y no hemos visto colisiones en lo que va de la temporada. Un monitoreo constante nos ayuda a recopilar datos y tomar medidas para proteger a las aves, incluidas las especies que han sufrido un declive drástico.
Estudié Ciencias Ambientales en la Universidad Loyola de Chicago y Ciencias y Gestión de Ecosistemas en la Universidad de Michigan, especializándome en ecología. Como crecí en el Medio Oeste, siempre estuve cerca de un gran lago. Durante mis cursos de laboratorio en la universidad, no dejaban de sorprenderme los distintos ecosistemas de los Grandes Lagos -desde las dunas de arena hasta los humedales costeros y las praderas- y la vida que albergan. Durante mis estudios de posgrado, me interesé por la biodiversidad en los sistemas alimentarios por la idea de que las tierras productivas también desempeñan un papel importante como hábitat. En concreto, me interesaron las complejas interacciones entre insectos y plantas, como las plagas y los controles biológicos.
Había disfrutado el proceso de involucrar a la gente en temas de ecología y animar a otras personas a fijarse en la naturaleza que les rodea, tanto en un campo de cultivo como en medio de un huerto urbano. Creo que en el fondo quería trabajar en el campo de la ecología, pero también despertar en los demás el asombro y la curiosidad por la naturaleza.
Cuando era pequeña no sabía que la ecología, la conservación o la biología de la vida salvaje eran campos profesionales en los que podía trabajar. Cuando empecé la universidad, hice un curso obligatorio de Ciencias Medioambientales, me fascinó el tema y decidí buscar oportunidades en este campo. Mi participación en el Doris Duke Conservation Scholars Program (DDCSP) durante mis años de universidad me abrió caminos para ponerme en contacto con mentores, profesionales y estudiantes de otros campos de la ecología y la conservación. Como becaria en el Nectandra Institute, estudié en Costa Rica y ayudé a clasificar macroinvertebrados a partir de muestras de agua de ríos y arroyos. Participar en el trabajo de campo, de laboratorio y de socialización y difusión a las comunidades locales me motivó a continuar en este campo. Tras adquirir experiencia en centros de naturaleza, herbarios y funciones educativas, quise continuar mi educación y mi experiencia investigadora, lo que me llevó a cursar un máster. Durante este tiempo, realicé cursos y adquirí experiencia investigadora en temas de biodiversidad y sistemas ecológicos complejos en paisajes urbanos y rurales. Los vínculos entre la producción de alimentos, la biodiversidad y las interacciones humanas me resultaron apasionantes y quise seguir por ese camino.
Me gusta pasar tiempo entre cultivos de vegetales y documentar las plagas, los insectos beneficiosos y otros animales silvestres que se encuentran allí. Uno de los aspectos que más me gustan es compartir con los demás las distintas interacciones que tienen los insectos con las plantas y entre sí. En un rancho, hay tanto zonas naturales como zonas de producción donde se produce mucha actividad de la fauna salvaje, es emocionante poder monitorearla y documentarla. Como también apoyo la logística de la Colaborativa de Investigación de Ecología de Agro-Paisaje Aplicada (AFERC por sus siglas en inglés), siempre aprendo algo nuevo sobre los distintos proyectos de investigación del rancho.
Las mujeres llevan años trabajando en los campos de la ecología, el medio ambiente y la vida silvestre, pero su labor no había recibido un reconocimiento tan amplio u oficial. Hace unos años, trabajando en un herbario, me encontré con muchos especímenes de plantas recogidos por Ynés Mexía , y más tarde me enteré de que a principios del siglo XX era una botánica mexicano-estadounidense que dirigía expediciones en América Latina y colaboraba con el Sierra Club de California. Jessie Price fue una microbióloga veterinaria de finales del siglo XX conocida por su trabajo en el control de las enfermedades microbianas de las aves acuáticas. El número de mujeres y otras personas infrarrepresentadas en los campos de la ecología, la conservación y la biología de la vida salvaje ha aumentado, pero aún queda trabajo por hacer. Para mantener el impulso, es necesario que las personas que ocupan puestos de poder estén abiertas a nuevos conocimientos y experiencias y dediquen tiempo a orientar específicamente a las personas infrarrepresentadas en estos campos.
Establezcan vínculos con personas que ocupen puestos que les interesen y encuentren oportunidades de trabajo o prácticas relacionadas con sus intereses. Encuentren mentores que le apoyen en su carrera y le tengan en cuenta cuando surjan oportunidades. Creen una red de amistades, familiares y mentores que les apoyen en sus carreras y en sus vidas personales. Celebren sus logros, porque como mujeres, especialmente para las mujeres racializadas, a veces es necesario recordarnos a nosotras mismas todo lo que hemos hecho.
A nivel universitario pregrado ha habido un gran número de mujeres en el campo de la ecología y los campos de la conservación y la biología, pero a medida que se profundiza en las escuelas de posgrado y los programas de doctorado el número disminuye. Lo que más me benefició fue tener mentores y un sistema de apoyo al que acudir si tenía una experiencia nueva. Creo que tener un sentido de comunidad es importante. Creo que las cosas han mejorado, pero aún queda camino por recorrer, sobre todo cuando entras en el mundo laboral.
"Todo el mundo avanza cuando reconocemos lo resilientes y asombrosas que son las mujeres que nos rodean"
-Rupi Kaur